Cuando se juntan Tim Burton, Jhonny Deep y Helena Bonham Carter es imposible que el resultado no sea bueno. Pero esta vez se juntan para hacer algo diferente pero con la misma fórmula gótica y siniestra: un musical, basado en el de Stephen Sondheim, que es una adaptación de un cuento decimonónico de Thomas Pecket Prest
Es una de las mejores películas del extravagante director. Una de las cualidades es tener a Johnny Depp en el reparto y, una vez más, hace un personaje que no te dejará indiferente y Helena demuestra que no está en la película solo por ser la mujer de Burton. En este caso, el de un barbero que tras estar encarcelado busca la venganza por el supuesto asesinato de su mujer y secuestro de su hija a manos del juez Turpin, matando a diestro y siniestro a todo el que vaya a afeitarse a su barbería. Contará con la ayuda de la Sra. Lovett, (Helena Bonham Carter) para hacer de las víctimas el resurgir de su pastelería. Está ambientada en un Londres decadente y oscuro, utiliza la luz en clave baja creando ambientes lúgubres excepto en algunos momentos como por ejemplo los Flash Backs que están llenos de color y que contrastan con la oscuridad de lo que se está viendo, un diseño oscuro, todo muy bien atezzado, el vestuario es totalmente adecuado para la época y el aspecto de los personajes atormentados, además de crear sonidos atrayentes como el uso de las navajas.
Barbero diabólico de la calle Fleet
Es la creación más sangrienta e incluso macabra de Tim Burton, se puede apreciar desde el comienzo de la película en los títulos de crédito. Alomejor el único fallo que se puede apreciar es que muchas canciones o encantan o aburren, aunque se han suprimido un buen número de las canciones del musical de Sondheim, se nota que no hubiera pasado nada si se hubieran eliminado otras, aligerando y agilizando un poco más la película.
Es una película que tiene sus puntos de humor y sus escenas retorcidas. Además no es la típica historia de buenos y malos, de hecho ahí está la gracia.
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